La sociedad nos ha educado para actuar bajo sus parámetros. En fechas como el día de las madres, de los padres, de los enamorados, etc… debes esforzarte en demostrar a tus seres queridos con estupendos regalos y fantásticas acciones cuánto los quieres, y luego te hacen regresar a tu ciclo habitual. A veces dudo si durante estas fechas vamos como zombis o en realidad justamente en esas fechas despertamos de nuestra vida rutinaria para entonces darnos cuenta que a nuestro lado tenemos a esos seres especiales a los que debemos demostrarles cuanto les queremos.
El objetivo de este post no va con la intención de saber cuanto habéis disfrutado el día de San Valentín, de la romántica velada, del amor, de la amistad, etc… pues siempre os estaré deseando que lo disfrutéis al máximo. Como personas valoramos de las relaciones con nuestros semejantes los detalles, la sinceridad, la fidelidad, la confianza y la buena comunicación, y es en entonces donde digo que la buena comunicación es la base de todo.
Si nos trasladamos al plano del Social Media caemos dentro de la filosofía que establece el concepto en sí, el establecimiento de relaciones entre personas y marcas, una conexión más tú a tú. Esa humanización de la marca que se predica hace unos años atrás pero que aún pocos han logrado proyectar.
Si como personas valoramos los detalles, pues en realidad no nos quedamos muy atrás cuando se trata de esa conexión que queremos entablar con aquellas marcas de las que somos consumidores, y que por fin, gracias a las Redes Sociales ahora nos sentimos más cercanos a ellas porque existe un canal que nos permite hablar directamente con nuestras marcas y que a la vez seamos escuchados.
Hoy día se trata de que las marcas centren gran parte de sus esfuerzos en enamorar a su comunidad a través de las redes sociales, en mantenerlos ahí como público fiel basados en una conexión transparente. Pero no todo puede estar centrado en lo bonito que nos habla, sino en lo bien que nos demuestra cuanto nos quiere, y es ahí donde precisamente se encuentran esos detalles que nos gustan como personas.
Son diversos los objetivos que las marcas deben plantearse para tener presencia en las redes sociales, pero uno de los más importantes es captar la atención de su target (conquistarlo), para luego convertirlos en clientes (novi@s) y posteriormente fidelizar (matrimonio), y todas esas estrategias deben guardar coherencia con las acciones off de las marcas.
En pocas palabras, el proceso de la conquista debe centrarse en obtener la atención del consumidor a través de una conversación interesante, con feedback, con buen sentido del humor y con calidad humana, siendo la finalidad obtener una cita (el gancho). Y que en esa cita sean cautivados por esos detalles que enamoran: descuentos especiales, buen trato, transparencia, calidad. Que salgan de esa primera cita satisfechos y narrándoles a sus amigos la buena experiencia que ha sido.
Que sus acciones no sean de un día porque el calendario así lo estipula. Que la buena atención y el interés por su pareja (target) permanezca viva siempre, que esos detalles que le enamoraron el primer día no mueran y que por sobre todas las cosas estén siempre ahí dispuestos a escucharles.
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