Todos hemos crecido en un entorno enmarcado por los valores que nos han transmitido padres y abuelos. Así como maestros, profesores y amigos también se han encargado de influir en nuestra personalidad, carácter y por ende nos ayudaron a formar nuestras costumbres.
La mayoría de nosotros solemos catalogar muchos acontecimientos como “normal” cuando se trata de que nos hemos acostumbrado a los mismos. Como el spot de TV de Activia que nos demuestra a una mujer diciendo que lo “normal” para ella es después de las comidas sentirse con hinchazón, pero Activia nos dice que lo normal es sentirse bien, y de eso no debemos tener dudas.
Lo cierto es que las veces que he visto este spot me ha hecho deterneme a pensar en aquello que solemos denominar como “normal” en nuestras vidas, pero ¿por qué? ¿porque resulta que estamos acostumbrados a ello? ¿porque si no hacemos esto o aquello como normalmente lo hacemos algo puede fallar en nuestras vidas? ¿porque si no bebo o como la ración diaria de X bebida o alimento, resulta que rompo los patrones de MI vida?
No cabe duda que el concepto de “normal” resulta un tanto amplio y subjetivo, lo que para algunos omitir una taza de café al inicio del día se traduce en un “normal” dolor de cabeza; para otros esto puede resultar todo lo contrario.
Para algunos puede significar ser “normal” tener un día repleto de tensiones, para otros puede que lo más tenso del día sea elegir con qué zapatos combinar la ropa.
Otros tantos consideran “normal” que una ducha diaria puede ser un tanto excesivo, otros creemos que lo más “normal” es ducharse a diario.
Una cantidad considerable de personas piensan que es “normal” que los asaltos, atracos, secuestros y robos sean frecuentes en el día a día de las calles de su país, mientras que otros tantos consideramos que lo “normal” es vivir en armonía, con civismo y respetando a todos por igual.
Existen los que creen que es “normal” estar sometidos a una rutina constante sin derecho a romperla y mucho menos poder darse el placer de disfrutar, de vacacionar, de divertirse,…. y otros tantos que valoramos romper las rutinas, compartir, disfrutar y apreciar el paisaje que nos rodea, valorar fallos y victorias como una forma de aprendizaje.
Ciertamente me sigo reafirmando en lo citado anteriormente, el concepto de “normal” es bastante subjetivo, muchas veces solemos acostumbrarnos a hacer algo que nos ha sido transmitido como una enseñanza de generación en generación pudiendo haber perdido cualquier sentido y significado a través del tiempo, pero sólo se trata de una costumbre, de una tradición la cual nos negamos a dejar.
No puedo negar ser parte de una sociedad perteneciente a ese legado de costumbres que nos imparten padres y abuelos, pero lo cierto es que día a día me sumo a los pequeños cambios que me van permitiendo constatar, que si quiero que las cosas cambien debo formar parte del proceso.
Pingback: Bitacoras.com