La necesidad que tienen los adolescentes de reforzar su identidad en un momento de transición en el que todo su universo está construyéndose poco a poco, se revela como un motivo de peso que les mueve al consumo. El rápido crecimiento y aprendizaje de niños y adolescentes, debido al fácil acceso a la información por las nuevas tecnologías, nos determina que hoy en día es un segmento del mercado informado y por consecuencia más exigente.
Según los expertos en desarrollo infantil y relaciones padres-adolescentes, y como en este caso indica la gente de Guía Juvenil, sugieren que a manera de crearles responsabilidad y enseñarles el valor del dinero, es útil que los padres les asignen a sus hijos adolescentes un “salario” para sus respectivos gastos, lo que les permitirá aprender a ahorrar y a gastar el dinero con sensatez.
Cuando las marcas quieren lanzar al mercado un producto dirigido a este segmento, se deben establecer estudios tanto al público objetivo como a los padres, cuando se trata de adolescentes. Si nos basamos en experiencias propias e historias cercanas a nuestro entorno, muchos hemos podido constatar que los adolescentes en este período de sus vidas, evitan en lo máximo posible acompañar a los padres a hacer la compra. En el caso de una compra en plano algo más íntimo, como pueden ser los productos de cuidado personal, las chicas adolescentes en su mayoría prefieren tener la libertad de decidir por si mismas. Los cambios que atraviesan las adolescentes durante esta faceta, no son más que el simple afán de encontrar la originalidad (ser diferentes de los demás), de tener intimidad y de encontrar su propia identidad, además de que en este período se preocupan mucho más por su apariencia.
Aún cuando las investigaciones de mercado nos indican que las madres continúan comprando los productos de cuidado personal, algunas comienzan a confirmar que en ciertas categorías de productos compran el que les indiquen sus hijas y otras tantas que ellas mismas hagan sus compras con su propio dinero. A excepción de desodorante, en donde la madre se muestra cautelosa frente a este producto por el tema salud y la posible repercusión de las sales de aluminio.
Otro dato a tener en consideración, es que las chicas que tienen el poder decisivo al momento de la compra, además de valorar que la marca sea de confianza, que el precio sea realista (pues se trata del dinero de sus ahorro) y que sea creado específicamente para ellas, aseguran que muchas veces se leen las etiquetas de los productos con la intención de que sus necesidades sean cubiertas por el producto en cuestión y detestan ser engañadas.
La publicidad es un factor importante que las mueve a hacer la compra o pedir un producto en particular, incluso antes de verlo en la amiga o que se lo comenten.
El poder de decisión de compra de la adolescente
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